El comienzo de la década de 2010 representa para nosotros los astrólogos, una oportunidad de comprobar nuestras teorías de prospectiva mediante el antiguo arte de la Astrología. Esperamos para este momento, un tiempo de cambios sociales dramáticos, acompañados posiblemente por un aumento exponencial de la creatividad y evolución humanas. Muy al contrario de lo que el común de las personas desconocedoras de nuestro Arte suponían, proyectando sus miedos y esperanzas en los años de transición al nuevo milenio, es en 2010 donde se construye una figura planetaria excepcional en los cielos, que anuncia el verdadero cambio esperado y también temido de entonces.
Concretamente hablamos de la figura compuesta por los planetas Urano Saturno y Plutón, a los que se añadirá el gigante Júpiter, marcando los momentos más críticos y difíciles de este periodo. La figura es una T cuadrada cardinal (Aries, Libra, Capricornio) que configura un triangulo isósceles coronado en su cúspide por Plutón – Hades en el signo de Capricornio, quien juega el papel principal como telón de fondo del periodo. Los otros factores de peso serán Urano, al que se añadirá Júpiter en el signo de Aries y Saturno en Libra. El hecho de que Plutón sea la clave de la figura nos habla ya de la trascendencia del periodo como uno de transformación, muerte o regeneración profunda de estructuras socio-político-económicas (Saturno) estará, por tanto, para entonces en “tela de juicio” el status quo imperante mediante la eliminación quirúrgica de antiguos modelos que ya no son sino una lacra para el avance y desarrollo (o declive) de las sociedades que han venido ostentado estructuralmente el poder socio – económico mundial, mediante paradigmas que ya no son útiles ni viables a medio plazo, y deben desaparecer, o al menos sufrir una catarsis traumática, una transformación regenerativa, improrrogable por más tiempo.
Las manifestaciones de la estructura planetaria ahora en estado de formación extenderá su orbe de influencia con una aproximación de + - 2 años a la fecha exacta en que la figura estará completa (julio - agosto 2010), si bien sus efectos reales se prolongarán hasta el año 2018 probablemente, ya que todo el entramado de la T cuadrada que nos ocupa actuará como disparo de la cuadratura entre Urano y Plutón, que es el verdadero telón de fondo y se mantiene operativa durante todo ese periodo (2010 – 2018), marcando el matiz y la dirección profunda de los acontecimientos .
Concretamente hablamos de la figura compuesta por los planetas Urano Saturno y Plutón, a los que se añadirá el gigante Júpiter, marcando los momentos más críticos y difíciles de este periodo. La figura es una T cuadrada cardinal (Aries, Libra, Capricornio) que configura un triangulo isósceles coronado en su cúspide por Plutón – Hades en el signo de Capricornio, quien juega el papel principal como telón de fondo del periodo. Los otros factores de peso serán Urano, al que se añadirá Júpiter en el signo de Aries y Saturno en Libra. El hecho de que Plutón sea la clave de la figura nos habla ya de la trascendencia del periodo como uno de transformación, muerte o regeneración profunda de estructuras socio-político-económicas (Saturno) estará, por tanto, para entonces en “tela de juicio” el status quo imperante mediante la eliminación quirúrgica de antiguos modelos que ya no son sino una lacra para el avance y desarrollo (o declive) de las sociedades que han venido ostentado estructuralmente el poder socio – económico mundial, mediante paradigmas que ya no son útiles ni viables a medio plazo, y deben desaparecer, o al menos sufrir una catarsis traumática, una transformación regenerativa, improrrogable por más tiempo.
Las manifestaciones de la estructura planetaria ahora en estado de formación extenderá su orbe de influencia con una aproximación de + - 2 años a la fecha exacta en que la figura estará completa (julio - agosto 2010), si bien sus efectos reales se prolongarán hasta el año 2018 probablemente, ya que todo el entramado de la T cuadrada que nos ocupa actuará como disparo de la cuadratura entre Urano y Plutón, que es el verdadero telón de fondo y se mantiene operativa durante todo ese periodo (2010 – 2018), marcando el matiz y la dirección profunda de los acontecimientos .
Históricamente cuando Saturno, Urano y Plutón forman entre si estructuras angulares tensas, como es en este caso la T cuadrada, vemos manifestarse simultáneamente tiempos de desestabilización política , social y económica. Por una parte se vive un periodo de estancamiento entre los factores arquetípicos que representan estas fuerzas divergentes, cuando no contrarias, provocando frustración sometida a gran presión, que al liberarse finalmente manifiesta el nacimiento de algo totalmente nuevo, el final de un orden antiguo, viejo, inservible se desintegra, y de sus cenizas surge un nuevo paradigma socio- económico- político .
Saturno se asocia tradicionalmente con la estructuras conservadoras de toda índole, el miedo al cambio, la conservación de poder y los limites de lo que es estructurado y material.
Urano, por el contrario representa todo lo que no es Saturno, es decir el progreso, la desestabilización, la experimentación, lo nuevo y revolucionario, la inventiva, la creatividad, la vanguardia visionaria, y la ruptura de los límites tradicionales en todos los ámbitos, sociales y personales.
Plutón, finalmente, marca las grandes transformaciones mediante la eliminación, regeneración o muerte, el instinto de supervivencia, la evolución de la especie, los cambios necesarios fundamentales para la subsistencia, que se han gestado soterradamente ajenos a la conciencia colectiva.
Imaginemos a estos tres corredores de fondo asociados en una relación de tensión. La fricción resultante genera “calor-energía”, pero no es fácil su combinatoria, adivinar o predecir la dirección del vector resultante de la suma de fuerzas tan distintas y lo que es más importante si esta resultante será productiva y cristalizará en algo concreto y objetivo.
Normalmente observamos en otros procesos tensos, aunque siempre distintos, pues jamás se repite una estructura en el mismo lugar del cielo, ni bajo la misma relación de aspecto, siendo por tanto único e irrepetible cada encuentro y relación planetaria, como el discurso socio económico y político de cada momento anterior a estructuras parecidas, pierde el equilibrio, la estabilidad y aparecen tensiones que se han ignorado o reprimido que llevan a puntos críticos de ruptura, mientras simultáneamente se producen descubrimientos que comienzan a manifestarse al final de la tensa estructura planetaria como novedosas corrientes renovadoras.
En el pasado s XX tenemos dos ocasiones en los que estos planetas estuvieron relacionados mediante aspectos angulares tensos: los primeros años 30 y los años 60, siendo ambos periodos convulsos socio políticamente, marcaron dinámicamente el devenir de las décadas que siguieron a estos encuentros planetarios.
Saturno se asocia tradicionalmente con la estructuras conservadoras de toda índole, el miedo al cambio, la conservación de poder y los limites de lo que es estructurado y material.
Urano, por el contrario representa todo lo que no es Saturno, es decir el progreso, la desestabilización, la experimentación, lo nuevo y revolucionario, la inventiva, la creatividad, la vanguardia visionaria, y la ruptura de los límites tradicionales en todos los ámbitos, sociales y personales.
Plutón, finalmente, marca las grandes transformaciones mediante la eliminación, regeneración o muerte, el instinto de supervivencia, la evolución de la especie, los cambios necesarios fundamentales para la subsistencia, que se han gestado soterradamente ajenos a la conciencia colectiva.
Imaginemos a estos tres corredores de fondo asociados en una relación de tensión. La fricción resultante genera “calor-energía”, pero no es fácil su combinatoria, adivinar o predecir la dirección del vector resultante de la suma de fuerzas tan distintas y lo que es más importante si esta resultante será productiva y cristalizará en algo concreto y objetivo.
Normalmente observamos en otros procesos tensos, aunque siempre distintos, pues jamás se repite una estructura en el mismo lugar del cielo, ni bajo la misma relación de aspecto, siendo por tanto único e irrepetible cada encuentro y relación planetaria, como el discurso socio económico y político de cada momento anterior a estructuras parecidas, pierde el equilibrio, la estabilidad y aparecen tensiones que se han ignorado o reprimido que llevan a puntos críticos de ruptura, mientras simultáneamente se producen descubrimientos que comienzan a manifestarse al final de la tensa estructura planetaria como novedosas corrientes renovadoras.
En el pasado s XX tenemos dos ocasiones en los que estos planetas estuvieron relacionados mediante aspectos angulares tensos: los primeros años 30 y los años 60, siendo ambos periodos convulsos socio políticamente, marcaron dinámicamente el devenir de las décadas que siguieron a estos encuentros planetarios.
1930 -1932
Estructura en T cuadrada Saturno, Urano, Plutón
en signos cardinales Capricornio, Aries y Cáncer
Saturno domiciliado gobierna en esta figura, señalándonos una época de carestía y escasez asociada al simbolismo del Señor de Capricornio, su planeta regente, Saturno y amplificada por la presencia asociativa tensa de los dos superlentos Urano y Plutón. En los Estados Unidos y Europa, las proporciones de desempleo alcanzaron sus niveles más altos del siglo, muchas personas en estados industrializados experimentaron niveles de subsistencia propios del Tercer Mundo, La Gran Depresión afectó a todos los países, salvo la Unión Soviética, quien pudo aumentar la producción industrial durante este periodo. Vemos la influencia de Urano y Plutón en tanto que aunque la manifestación del evento, (Gran Depresión), fue súbita (Urano), muchos factores se habían estado gestando en años anteriores, y se manifestaron entonces (Plutón). La explosión industrial de los años 20 ayudó a enmascarar las dificultades en las economías industrializadas. Aunque se manifestó de forma inesperada la Gran Depresión fue el resultado de muchas variables ocultas que Plutón, como algo incontrolable, hizo aflorar a la superficie.
Fue en el comienzo de esta década cuando emergieron los aspectos más oscuros de la psique colectiva, con la aparición y posterior auge de gobiernos fascistas y en particular el Nazismo en Alemania. La dominación política, la obsesión paranoica con el gobierno dictatorial total, y el control y manipulación de conciencia de la masa, son claramente manifestaciones de los aspectos simbólicos más perversos de Urano –Plutón.
Observamos en este periodo la aceleración uraniana característica, como motor súbito de cambio económico, existiendo una situación de declive inesperado, así como una clara aceleración de los cambios socio políticos, sobre todo en Alemania. El partido Nazi asciende de unos pocos escaños durante la manifestación de la T cuadrada, hasta ser la fuerza política más apoyada electoralmente.
1964 – 1967
Volvemos a ver otra configuración con los mismos tres planetas: Saturno, Urano y Plutón. En este caso Saturno en oposición a la conjunción Urano Plutón.
Los años 60 se recordarán siempre, como un periodo socialmente revolucionario, en cuanto a las formas, en casi todas las facetas de la sociedad, siendo principalmente a mediados de la década, cuando el choque entre lo nuevo y lo antiguo, lo joven y lo viejo, la rebeldía y la autoridad, lo progresivo frente a lo convenido, se hace claramente patente. La tradición es puesta contra las cuerdas ante las demandas sociales y contraculturales. Los derechos civiles son reivindicados por las minorías raciales, figuras como Malcom X o Martin Luther King, hacen su aparición en los Estados Unidos.
La oposición a la Guerra del Vietnam cobra una relevancia socio- cultural de primera magnitud, en el otro polo la URSS aplasta a la disidencia que reivindica mayores cuotas de libertad en la Primavera de Praga.
En China es especialmente visible este periodo de tensión socio- política. Mao Tse Tung comienza su Revolución Cultural contra los valores tradicionales: Las viejas costumbres, los viejos hábitos, la vieja cultura y el viejo pensamiento son aniquilados.
A mediados de los años 60, había una tensa convivencia - rechazo, entre el idealismo progresivo naciente, y las viejas tradiciones atrincheradas en el inmovilismo. Vemos claramente representada en esta época la oposición Urano-Plutón en un extremo, y Saturno en el otro. Es la tensión entre el deseo de cambio, los desordenes, el idealismo juvenil, la rebelión antisistema, la liberación de los oprimidos, la auto expresión frente a los valores que Saturno encarna, es decir, el miedo al cambio, el orden establecido, la tradición, la autoridad y las restricciones en general, que limitan el mundo organizado o la visión de éste .
Podemos deducir de lo anterior que cuando Urano, Saturno y Plutón, forman en el cielo aspectos tensos, simultáneamente se manifiestan épocas de desestabilización socio- política y cultural.
La década de los años 30 caracterizada por la escasez económica, da paso al levantamiento de nuevos gobiernos y nuevas políticas en el globo.Después de la configuración entre Saturno, Urano y Plutón del comienzo de los años 30, el Régimen Nazi establece su legado de odio y terror, y una corriente de fascismo y totalitarismo recorre Europa como respuesta a las penurias económicas del inicio de la década. Al mismo tiempo este crisol temporal también conducirá al progresismo humanitarista de la social democracia y a reformas políticas muy por delante de su tiempo.
Mediados de los años 60 marcan tensiones ideológicas referentes a la Guerra (Vietnam), la auto expresión de la Raza (marchas por los derechos civiles de las minorías negras en Estados Unidos), la Política y la Economía. Durante estos periodos hay presión global socio política reivindicativa, que postula una forma nueva de atajar los problemas cruciales, nacen nuevas ideologías, reformas y movimientos sociales.
La estructura Saturno - Plutón - Urano de 2010
La estructura Saturno - Plutón - Urano de 2010, la tensa T cuadrada de este año, debería pues coincidir con un periodo de gran levantamiento socio político, de desestabilización y de crisis. Este periodo aparece como la más amenazadora estructura planetaria en los primeros 40 años del s XXI. Un momento histórico donde las dificultades económicas culturales y políticas arrastradas durante las últimas décadas, entran en un periodo donde se exige su resolución.
Las consecuencias derivadas del crisol que representa 2010, deberían producir en años venideros la reforma de movimientos existentes, y la aparición de nuevos y originales movimientos sociales y políticos. Esta encrucijada global seguramente nos llevará hacia un horizonte más tolerante, pacífico y justo, pero primeramente la realidad que hoy conocemos, deberá sufrir los dolores del parto, coexistiendo en esta época las dos visiones del mundo y de nuestras sociedades, por un lado la percepción de que nos encaminamos hacia un mundo más humano, más progresista a la vez que veremos también la peor cara de la moneda, la intolerancia, los excesos del poder etc . Será un difícil equilibrio entre progresismo y conservadurismo, tolerancia y fascismo, pacifismo y violencia extremista. Un momento de polaridad extrema propio de un mundo que acaba y otro que reclama su lugar.
Durante las fases mas estrechas de la estructura, podremos ver catástrofes naturales o de cualquier otra índole, derrumbes financieros, reformas políticas, revoluciones repentinas, etc. Todo ello dentro de un movimiento global de convulsión colectiva, que dejará paso a una sociedad más “limpia” y evolucionada, donde se desvanecerán modelos ya caducos, para dar paso a nuevas formas de hacer tanto política como socialmente.
Pensamos que durante este parto, quizás algo antes del mismo, primeros contactos entre Júpiter y Urano, mayo-junio 2010, la parte reivindicativa será importante, y en algunos momentos será el verdadero motor del cambio: Las exigencias de cambios sociales verdaderos exigidas por las poblaciones en un ejercicio de militancia inesperado por lo masivo, quizás también algo ingenuo, aunque muy combativo y eufórico (Júpiter-Urano en Aries), se toparán con el inmovilismo de las clases políticas establecidas, quienes tratarán de sofocar esa corriente por todos los medios.
La estructura en T sugiere un crisol socio-cultural para esta época, marcada por la tensión entre innovación visionaria y estructuras viejas y modos tradicionales. La sociedad, dando muestra de madurez, reivindicando a sus clases dirigentes nuevos modelos socio – políticos. Nuevas ideologías que irrumpen en escena y organizaciones sociales que han alcanzado el punto crítico y hacen necesaria su manifestación colectiva.
El telón de fondo de la figura en T viene dado por el aspecto de cuadratura entre los dos planetas más lentos involucrados, estos son Urano y Plutón. El orbe temporal de este aspecto nos llevará hasta 2018. Todos estos años serán marcados por cambios sociales, levantamientos y revoluciones. Se desafiarán las estructuras culturales imperantes y se transformarán. Este ciclo Urano – Plutón es un catalizador que provoca cambios bruscos, al menos en pocos años, en la evolución cultural, podríamos decir que la década promete cambios radicales, tanto cultural como socialmente.
Cuando Urano recibe un aspecto mayor de los otros planetas exteriores, es decir de Neptuno o Plutón, la innovación tecnológica tiende a dar un avance enorme. Normalmente estos aspectos suelen provocar saltos discontinuos tecnológicos, que las sociedades tienen que asimilar y adaptar muy rápidamente.
En esta ocasión partimos de la presencia en la figura del amplificador Júpiter, quien escoltará y sembrará a Urano en los momentos clave de la estructura en T y dándose la ¿”Casualidad”? de que ésta reunión se produce en el grado zodiacal más relevante y dinámico en cuanto a la acción renovadora cíclica, grado que contiene la capacidad intrínseca y el impulso básicos de las semillas en los comienzos de ciclo. Nos referimos al ultra energético Punto Vernal, 0º Aries, comienzo del Zodiaco en reposo.
En los 60 la conjunción Urano – Plutón marcó la edad dorada de la exploración espacial. Es en los 60 que se desplegaron los primeros satélites artificiales, finalizando la década con la llegada del hombre a la Luna, posiblemente el hito tecnológico más relevante de toda la Historia de la Humanidad.
En 1960 hacen aparición las computadoras comerciales, y los estilos de vida del consumidor abrazan la alta tecnología como jamás hasta esas fechas había ocurrido.
Pareciera que el ciclo Urano - Plutón produce cambios aplastantes en el paisaje tecnológico e industrial afectándonos en nuestra forma de vida de forma definitiva.........
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