Si aún no lograbas superar el hecho de que Plutón hubiera sido degradado de su categoría de planeta hace algunos años y dejado a nuestro Sistema Solar con sólo ocho de estos cuerpos celestiales, esta noticia podría comenzar a devolverte el alma al cuerpo.
Está claro que -para nosotros- nada reemplazará nunca al querido Plutón, pero al menos podría ser que vuelvan a ser nueve los planetas girando alrededor del Sol. Esto si es que se confirma el hallazgo de un grupo de astrofísicos, que clama haber descubierto a Tyche (como la diosa griega, se lee “Tike”), un nuevo cuerpo en los confines de nuestro sistema. Y no sólo eso, sino que además se trataría de uno de hasta cuatro veces el tamaño de Júpiter.
Su órbita se encontraría alrededor de 15.000 veces más lejos del Sol que la de la Tierra y unas 375 veces más lejos que Plutón, oculto dentro de la Nube de Oort, según los datos que serían revelados durante el 2011. Según el investigador Daniel Whitmire, de la Universidad de Louisiana, podrían probar su real existencia dentro de unos dos años.
Se trataría de un cuerpo gaseoso de unos -73 grados Celsius, que consistiría principalmente en hidrógeno y helio, con una atmósfera similar a la de Júpiter (con anillos y nubes) y que también se estima que posea lunas, como los demás planetas lejanos y se rumorea que las pruebas de su existencia ya las maneja la NASA.
De confirmarse, deberá luego definirse su estatus y nombre definitivo, que debe ser aprobado por la Unión Astronómica Internacional.
Plutón observa como exoplaneta y con recelo desde la distancia. Habrá que ver si Tyche da en el tono para ocupar la “vacante”.
Está claro que -para nosotros- nada reemplazará nunca al querido Plutón, pero al menos podría ser que vuelvan a ser nueve los planetas girando alrededor del Sol. Esto si es que se confirma el hallazgo de un grupo de astrofísicos, que clama haber descubierto a Tyche (como la diosa griega, se lee “Tike”), un nuevo cuerpo en los confines de nuestro sistema. Y no sólo eso, sino que además se trataría de uno de hasta cuatro veces el tamaño de Júpiter.
Su órbita se encontraría alrededor de 15.000 veces más lejos del Sol que la de la Tierra y unas 375 veces más lejos que Plutón, oculto dentro de la Nube de Oort, según los datos que serían revelados durante el 2011. Según el investigador Daniel Whitmire, de la Universidad de Louisiana, podrían probar su real existencia dentro de unos dos años.
Se trataría de un cuerpo gaseoso de unos -73 grados Celsius, que consistiría principalmente en hidrógeno y helio, con una atmósfera similar a la de Júpiter (con anillos y nubes) y que también se estima que posea lunas, como los demás planetas lejanos y se rumorea que las pruebas de su existencia ya las maneja la NASA.
De confirmarse, deberá luego definirse su estatus y nombre definitivo, que debe ser aprobado por la Unión Astronómica Internacional.
Plutón observa como exoplaneta y con recelo desde la distancia. Habrá que ver si Tyche da en el tono para ocupar la “vacante”.
Southwest research Institut
Nuestro sol podría tener un compañero que perturba cometas de las afueras del sistema solar - un planeta gigante con, aproximadamente, cuatro veces la masa de Júpiter, sugieren los investigadores.
Un telescopio espacial de la NASA lanzado el año pasado podría detectar pronto a tal compañero sigiloso de nuestro sol, si es que existe, en el distante reino de hielo donde nacen los cometas, la nube de Oort, que rodea nuestro sistema solar con billones de objetos helados.
El posible enorme Júpiter podría ser un mundo tan frígido que es difícil de encontrar, dijeron los investigadores. Podría estar ubicado hasta 30.000 unidades astronómicas desde el sol. Una Unidad Astronómica (AU por sus siglas en inglés), es la distancia entre la Tierra y el Sol, aproximadamente 93 millones de millas (150 millones de kilómetros).
La mayoría de los sistemas con estrellas como nuestro sol - las llamadas estrellas de clase G - poseen compañeros.
Sólo una tercera parte son sistemas estelares solitarios como nuestro Sistema Solar.
Un telescopio espacial de la NASA lanzado el año pasado podría detectar pronto a tal compañero sigiloso de nuestro sol, si es que existe, en el distante reino de hielo donde nacen los cometas, la nube de Oort, que rodea nuestro sistema solar con billones de objetos helados.
El posible enorme Júpiter podría ser un mundo tan frígido que es difícil de encontrar, dijeron los investigadores. Podría estar ubicado hasta 30.000 unidades astronómicas desde el sol. Una Unidad Astronómica (AU por sus siglas en inglés), es la distancia entre la Tierra y el Sol, aproximadamente 93 millones de millas (150 millones de kilómetros).
La mayoría de los sistemas con estrellas como nuestro sol - las llamadas estrellas de clase G - poseen compañeros.
Sólo una tercera parte son sistemas estelares solitarios como nuestro Sistema Solar.
Los científicos ya han propuesto que una estrella escondida, a la cual llaman “Némesis”, podría merodear a un año luz desde nuestro sol.
Ellos sugieren que durante su órbita, esta enana roja, o marrón, podría entrar a menudo en la nube de Oort, empujando las órbitas de varios cometas y haciendo que caigan en la Tierra. Esto proveería una explicación de lo que parece ser un ciclo de extinciones masivas aquí.
Otros astrónomos encontraron recientemente que si Némesis existe, su órbita no podría ser tan estable como se ha asegurado.
Ahora los investigadores señalan la evidencia que nuestro sol podría tener un clase diferente de compañero.
Para evitar confusiones con el modelo Némesis, los astrofísicos John Matese y Daniel Whitmire en la Universidad de Lousiana en Lafayette, copiaron su supuesto objeto “Tyche” - la hermana buena de la diosa Némesis en la mitología griega, y un nombre propuesto por científicos que trabajan en el telescopio espacial Wide-Field Infrared Survey Explorer (WISE) de la NASA.
Es el observatorio WISE el que, usando sus lentes infrarrojos, ofrece la mejor opción de encontrar a Tyche, si es que este compañero del sol existe, dijeron los investigadores.
Matese y Whitmire detallaron su investigación en la edición en línea del 17 de noviembre de la revista Icarus.
Ellos sugieren que durante su órbita, esta enana roja, o marrón, podría entrar a menudo en la nube de Oort, empujando las órbitas de varios cometas y haciendo que caigan en la Tierra. Esto proveería una explicación de lo que parece ser un ciclo de extinciones masivas aquí.
Otros astrónomos encontraron recientemente que si Némesis existe, su órbita no podría ser tan estable como se ha asegurado.
Ahora los investigadores señalan la evidencia que nuestro sol podría tener un clase diferente de compañero.
Para evitar confusiones con el modelo Némesis, los astrofísicos John Matese y Daniel Whitmire en la Universidad de Lousiana en Lafayette, copiaron su supuesto objeto “Tyche” - la hermana buena de la diosa Némesis en la mitología griega, y un nombre propuesto por científicos que trabajan en el telescopio espacial Wide-Field Infrared Survey Explorer (WISE) de la NASA.
Es el observatorio WISE el que, usando sus lentes infrarrojos, ofrece la mejor opción de encontrar a Tyche, si es que este compañero del sol existe, dijeron los investigadores.
Matese y Whitmire detallaron su investigación en la edición en línea del 17 de noviembre de la revista Icarus.
Los investigadores observaron que la mayoría de los cometas que vuelan dentro del sistema solar parecen provenir de las afueras de la región de la nube de Oort. Sus cálculos sugieren que la influencia gravitacional de un planeta de una a cuatro veces la masa de Júpiter en esta área podría ser el responsable.
Dos siglos de observaciones han indicado una anomalía que sugiere la existencia de Tyche, dijo Matese.
“La probabilidad que pudiera ser causado por casualidad estadística ha permanecido muy pequeña”, añadió.
El jalón de Tyche también podría explicar por qué el planeta enano Sedna tiene una órbita inusualmente alargada, añadieron los científicos.
Si Tyche existe, probablemente sería muy frío, aproximadamente menos 100 grados F (-73 grados C), dijeron, lo que podría explicar por qué se ha escapado de la detección por tanto tiempo - su frialdad significa que no irradiaría calor que los científicos pudieran detectar fácilmente, y su distancia de cualquier estrella significa que no reflejaría mucha luz.
“ La mayoría de los científicos planetarios no estarían sorprendidos si el compañero más grande sin descubrir fuera del tamaño de Neptuno o más pequeño, pero un objeto de la masa de Júpiter sería una sorpresa", dijo Matese a Space.com
“Si la suposición es cierta, las implicaciones importantes se relacionarían con cómo llego allí - refiriéndome al inicio del ambiente solar - y cómo pudo haber afectado la distribución subsecuente de cometas y, en un grado inferior, los planetas conocidos”.
Dos siglos de observaciones han indicado una anomalía que sugiere la existencia de Tyche, dijo Matese.
“La probabilidad que pudiera ser causado por casualidad estadística ha permanecido muy pequeña”, añadió.
El jalón de Tyche también podría explicar por qué el planeta enano Sedna tiene una órbita inusualmente alargada, añadieron los científicos.
Si Tyche existe, probablemente sería muy frío, aproximadamente menos 100 grados F (-73 grados C), dijeron, lo que podría explicar por qué se ha escapado de la detección por tanto tiempo - su frialdad significa que no irradiaría calor que los científicos pudieran detectar fácilmente, y su distancia de cualquier estrella significa que no reflejaría mucha luz.
“ La mayoría de los científicos planetarios no estarían sorprendidos si el compañero más grande sin descubrir fuera del tamaño de Neptuno o más pequeño, pero un objeto de la masa de Júpiter sería una sorpresa", dijo Matese a Space.com
“Si la suposición es cierta, las implicaciones importantes se relacionarían con cómo llego allí - refiriéndome al inicio del ambiente solar - y cómo pudo haber afectado la distribución subsecuente de cometas y, en un grado inferior, los planetas conocidos”.
La existencia de Tyche es cuestionable, ya que el patrón visto a las afueras de la nube de Oort no es visto al interior de la misma.
“La creencia general es que los patrones deben tender a guardar correlación, y no lo hacen”, dijo Matese.
Si el equipo WISE es afortunado, tendrá evidencia del compañero solar Tyche dos veces antes que la misión original del observatorio espacial termine en Octubre. Esto podría ser suficiente para corroborar la existencia del objeto dentro de pocos meses mientras los investigadores analizan los datos de WISE.
Pero si WISE detecta señales de Tyche una sola vez (o ninguna), los investigadores tendrían que esperar años para que otros telescopios confirmen o nieguen la existencia del posible compañero solar, dijo Matese.
“La creencia general es que los patrones deben tender a guardar correlación, y no lo hacen”, dijo Matese.
Si el equipo WISE es afortunado, tendrá evidencia del compañero solar Tyche dos veces antes que la misión original del observatorio espacial termine en Octubre. Esto podría ser suficiente para corroborar la existencia del objeto dentro de pocos meses mientras los investigadores analizan los datos de WISE.
Pero si WISE detecta señales de Tyche una sola vez (o ninguna), los investigadores tendrían que esperar años para que otros telescopios confirmen o nieguen la existencia del posible compañero solar, dijo Matese.
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