Irán anunció este domingo que suspendía sus ventas de petróleo al Reino Unido y Francia. Tras varias semanas de advertencias e informaciones contradictorias, la noticia tiene más de pataleta que de desafío. Esos dos países juntos apenas compran cien mil barriles de crudo iraní y son por lo tanto los menos afectados de los siete europeos que convierten a la UE en el segundo cliente de la República Islámica.
“Las ventas de petróleo a las compañías británicas y francesas se han interrumpido”, asegura el portavoz del Ministerio de Petróleo iraní, Ali Reza Nikzad, en la página oficial de ese departamento.
Su titular, Rostam Ghasemí, ya advirtió a principios de mes que Irán planeaba cortar el suministro a los países europeos “hostiles”. El comentario buscaba crear divisiones entre los 27 miembros de la UE que acababa de reforzar sus sanciones congelando los haberes del Banco Central de Irán y anunciando un embargo petrolero a partir del 1 de julio.
El pasado miércoles, Irán anunció que iba a “revisar” sus ventas de crudo a Europa, sin cortarlas de momento. Al singularizar al Reino Unido y Francia, Teherán ha optado por castigar a los dos países que se han mostrado más activos en la promoción de esas medidas de castigo por su programa nuclear. Las importaciones de petróleo iraní de ambos apenas suponen un 1% y un 3%, respectivamente, de sus necesidades de crudo.
“Hemos previsto entregar nuestro petróleo a otros clientes”, señala Nikzad en su declaración. El 70% de los 2,5 millones de barriles que Irán comercializa cada día van destinados a Asia. Ni China ni India han respaldado de momento el embargo que promueve Estados Unidos, a pesar de que Arabia Saudí ha mostrado su voluntad de cubrir el déficit que se produzca.
La UE era hasta ahora el segundo comprador de petróleo iraní, sólo por detrás de China, con una media de 600.000 barriles diarios, de los que 230.000 iban a Italia, 200.000 a España, 58.000 a Francia y el resto a Reino Unido, Alemania, Holanda y Grecia. Pero los más afectados por una interrupción repentina serían Grecia, Italia y España para quienes esas compras suponen entre el 14% y el 13% de sus necesidades globales de petróleo.
Por otra parte, el ministro iraní de Exteriores, Ali Akbar Salehí, reiteró ayer la disposición de su Gobierno a reanudar las conversaciones nucleares y mencionó la ciudad turca de Estambul como posible sede de la próxima reunión.
Fuente: El País
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